Siento la necesidad de este espacio: un espacio por cada expatriad@s de MdM, donde se pueda describir experiencias, expresar sentimientos y ansiedades, alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, compartir herramientas y métodos. Y siento la necesidad de que esta expresión sea accesible a todos los expatriad@s, como autores y comentaristas, y a tod@s como lectores y comentaristas.
Siento esta necesidad por dos razones: en primer lugar, porque SC y el terreno están a millas de distancia, metafórica y físicamente; segundo porque las misiones están aisladas entre sí.
La consecuencia de la primera razón es que SC no es consciente de lo que sucede en el terreno (y viceversa, salvo que SC decide por terreno y no al revés...) y es incapaz de gestionar eficazmente las crisis, conflictos o problemas de distinta naturaleza creando con sus acciones, y más a menudo con su no actuar, un vacío legal y de toma de decisiones que socava el trabajo y el bienestar de l@s expatriad@s. Nuestra historia puede ayudar a SC percibir las vibraciones, las matices, la subjetividad de lo que estamos viviendo, así como, por supuesto, los hechos. De esta manera, a través de la historia y la publicidad y la información compartida, se puede crear la cultura de la organización, para afirmar y confirmar lo que es bueno, cambiar lo que mal está.
La consecuencia del aislamiento de las misiones es que no comparten experiencias similares, multiplicando así el esfuerzo y reduciendo la productividad de cada un@ de nosotr@s. O no aumentándola (una pérdida, siempre injustificables, más aún cuando se trabaja con dinero público, como en nuestro caso.) Creamos herramientas y métodos a menudo eficaces y eficientes: sin compartirlas su utilidad se perderá en el olvido al termino de nuestro contrato como una energía latente que no puede ser decodificada por nuestros sucesores. El intercambio de experiencias puede ser una forma de superar las barreras del tiempo y del espacio y asegúrese de que se conviertan en parte de nuestro patrimonio personal y profesional. Y de la organización.
A raíz de esta clasificación inicial, propongo dividir a los sujetos en dos secciones principales, para su lectura y consulta más eficaz: el corazón y la mente.
En el primero, el corazón, quiero contar la experiencias de vida en terreno. Sin limitación alguna: desde la rutina diaria hasta el evento concreto, desde pequeñas satisfacciones a grandes eventos.
En el segundo, la mente, quiero compartir y poner a disposición de mis colegas las herramientas de uso en terreno, técnicas, programas, métodos, herramientas. Lo que obtenemos de SC, es el hijo de sus necesidades y a menudo no sirve realmente al terreno, donde las condiciones del medio ambiente y los recursos humanos cambian radicalmente.
Siento esta necesidad por dos razones: en primer lugar, porque SC y el terreno están a millas de distancia, metafórica y físicamente; segundo porque las misiones están aisladas entre sí.
La consecuencia de la primera razón es que SC no es consciente de lo que sucede en el terreno (y viceversa, salvo que SC decide por terreno y no al revés...) y es incapaz de gestionar eficazmente las crisis, conflictos o problemas de distinta naturaleza creando con sus acciones, y más a menudo con su no actuar, un vacío legal y de toma de decisiones que socava el trabajo y el bienestar de l@s expatriad@s. Nuestra historia puede ayudar a SC percibir las vibraciones, las matices, la subjetividad de lo que estamos viviendo, así como, por supuesto, los hechos. De esta manera, a través de la historia y la publicidad y la información compartida, se puede crear la cultura de la organización, para afirmar y confirmar lo que es bueno, cambiar lo que mal está.
La consecuencia del aislamiento de las misiones es que no comparten experiencias similares, multiplicando así el esfuerzo y reduciendo la productividad de cada un@ de nosotr@s. O no aumentándola (una pérdida, siempre injustificables, más aún cuando se trabaja con dinero público, como en nuestro caso.) Creamos herramientas y métodos a menudo eficaces y eficientes: sin compartirlas su utilidad se perderá en el olvido al termino de nuestro contrato como una energía latente que no puede ser decodificada por nuestros sucesores. El intercambio de experiencias puede ser una forma de superar las barreras del tiempo y del espacio y asegúrese de que se conviertan en parte de nuestro patrimonio personal y profesional. Y de la organización.
A raíz de esta clasificación inicial, propongo dividir a los sujetos en dos secciones principales, para su lectura y consulta más eficaz: el corazón y la mente.
En el primero, el corazón, quiero contar la experiencias de vida en terreno. Sin limitación alguna: desde la rutina diaria hasta el evento concreto, desde pequeñas satisfacciones a grandes eventos.
En el segundo, la mente, quiero compartir y poner a disposición de mis colegas las herramientas de uso en terreno, técnicas, programas, métodos, herramientas. Lo que obtenemos de SC, es el hijo de sus necesidades y a menudo no sirve realmente al terreno, donde las condiciones del medio ambiente y los recursos humanos cambian radicalmente.
El blog será abierto a la lectura de todos, pero podrán escribir post los autores: si quieres ser autor tienes que trabajar en terreno. Envíame tu correo a alecerri@gmail.com, con tu nombre, apellidos, cargo y misión, y te doy de alta: cuando quieras, podras darte de baja, comunicandolo con
Buen viaje.
hello, your blog looks nice ^_^!
RispondiEliminawarm greeting from Font Lover